La verdad es que este domingo fue un día totalmente atípico bueno, la mañana fue atípica... todo empezó con un sol radiante que nadie se espera a finales de Noviembre...
Pero ésto no era más que una pequeña señal de lo que sería la mañana. ¿Y por qué?. Porque Yulia Aremina nos abrió las puertas de su atelier para compartir un rato con nosotras. Un rato en el que nos iba a contar un poquito de su trabajo, en el que nos iba a enseñar alguna de sus obras (porque sí, algunos tocados son obras de arte), y en el que iba a compartir con nosotras toda su sabiduría en el arte de confeccionar un turbante.
Y así, sentadas en torno a una mesa... compartiendo té con pastas empezó el taller... en un ambiente distendido en el que charlábamos un poco de todo, en el que las preguntas eran bienvenidas, en el que nuestra infinita curiosidad (y de algunas más que otras) era atendida con una sonrisa, en el que cogíamos los tocados con libertad y nos los probábamos y comentábamos, en el que hacíamos mil fotos y comentábamos las mismas.
Y de pronto, entre risas y ocurrencias… voilá, el turbante terminadito y en cabeza de Yulia, que nos enseñaba como colocárnoslo (porque para eso os aseguro que hay que tener una gracia especial…).
¿Y qué encontraremos en el taller de Yulia?. Pues realmente un poco de todo: desde gorritos de fieltro (increíblemente estilosos) para “todos los días”, a tocados ideales para una boda (seas novia o invitada) hasta llegar a tocados teatrales... y con esto me refiero a tocados de revista, a tocados para usar en teatro, a tocados de los que te dejan un momento sin respiración…. Así que, yo le echaría un vistazo… ¿no?.
Yulia Eremina: la artista
Erika de Madrid is Fashion
Marisa de El Bazar de Marisse
Mamen de Designing Idols la artífice que hizo todo esto posible
La foto de familia turbanteada...
Me estoy alargando, perdón… es lo que pasa cuando algo me gusta… pero no me despido sin dejaros la pregunta con la que se acaba siempre: ¿tocado discreto o ya que nos ponemos, tocado de los que se giren a mirarnos?
Un saludo,
Mario de la Renta