Buenos días!!
Y aquí os traemos la segunda parte de nuestra historia con Martin Lamothe (no podéis leer esto sin antes haber leído los previos, sorry... click). El paso del backstage a la pasarela siempre nos deja ese gusanillo en el estómago... ¿cómo saldrá todo? ¿que tal quedará en el momento de la verdad?
Y de nuevo sale todo a la perfección.
Lo bueno que tiene estar en el backstage es que escuchas en directo a la diseñadora contar su fuente de inspiración: Florencia y el Renacimiento (de hecho estuvo allí una temporada para empaparse bien).
Cogiendo los colores propios de las pinturas de vírgenes renacentistas (sí las de los frescos que adornan las iglesias fiorentinas) y tejidos como la organza, el tul, la seda, gasas intenta convertir la bidimensionalidad de la pintura en volúmenes tridimensionales... en serio, si no me lo cuentan no me lo creo...
Pero claro, el público de Martín Lamothe es un público joven... algo habrá que hacer para adaptarse ¿no?. Por eso juega con el algodón, los vinilos que aportan modernidad y ese punto masculino tan típico de la mujer "Martín Lamothe".
Y ahora al revés... pasamos del 3D al 2D a través de los estampados y el tratamiento de los tejidos que tanto caracteriza a esta diseñadora. De este manera, con estampados de estructura cristalina (de los que se ven cuando se miran las cosas al microscopio) hace que trabajemos con la perspectiva para simular techos y salientes y crear un curioso efecto óptico.
Una colección, en resumen, que va más allá de las tendencias de la temporada, y que refleja una inspiración y una visión del arte y de la moda muy particular.
¿Que os parece este juego entre el 2D y el 3D? Al menos es algo diferente, ¿no?. Y eso siempre se agradece.
Un saludo
Mario de la Renta
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